La cultura no es una sentencia; es una herencia: los pueblos indígenas tenemos la obligación de magnificarla en el pedestal de nuestra mayor riqueza. Debemos rescatar la interculturalidad entre los indígenas y las otras culturas, nuestros espacios geográficos, ocupados ilegalmente, invadido etc., con el pretexto de establecer, áreas especiales, zonas militares, áreas estratégicas y por causa de utilidad pública; Restaurar la dignidad indígena, sin embargo, no es simplemente cuestión de devolver tierras, sino reconocer verdaderamente esos derechos originarios en nuestro territorio ancestral.
El jefe de
El pensamiento indígena, deberá estar basado fundamentalmente en nuestras propias aspiraciones colectivas como pueblo, a través de la educación o toma de conciencia de nuestros pueblos y la formación de nuestras bases primigineas, principalmente en nuestras comunidades, consejos de ancianos, lideres y demás organizaciones propias. Que busque la pluriculturalidad, el multilinguismo y la pluraetnicidad. Esto con el fin de fortalecer los valores de nuestro pensamiento indígena como la identidad, la memoria histórica, la conciencia de nuestras culturas, de nuestras cosmovisiones y las leyes consuetudinarias o de origen que las sustentan.
El nuevo pensamiento indígena se ha venido construyendo desde abajo, contra el abuso de poder de los sectores dominantes, al calor de la guerra coyuntural, en la lucha contra las oligarquías, al fragor de las nuevas doctrinas de dominación, invasión, imposición, despojo y etnocidio, que tienen asideros poderosos en los imperios, iglesias, fundaciones, partidos políticos, ONG internacionales y los Estados.
Pero la subordinación al imperio, al sistema de gobierno de la clase oligárquica y de los Partidos Políticos, profundizó la exclusión en todos sus géneros, lo que hizo que los pueblos indígenas, se mantuviesen en una orfandad política, social y económica. La culpa es de los pueblos indígenas, de sus líderes y el mestizaje, otorgamos espacios de discusión y aparecieron nuestros voceros oportunistas.
Las organizaciones y sus lideres no tienen una estrategia y agenda política que discutir, que negociar, que pactar, los lideres tienen como único tema el asunto del dinero y de los viajes al exterior, esos lideres, capitalizan hoy en día la pobreza de esos pueblos, pero para enriquecerse; una Contraloría Social Indígena, mandaría a muchos de esos lideres oportunistas al Consejo de Ancianos, para la aplicación de
La política indigenista, fue paternalista, de subordinación, de dádivas, de engaños, de estudios, etnocéntrica, de exclusión, las constituciones reconocieron solo la presencia de los pueblos indígenas, pero no los derechos originarios, especialmente el derecho a las pocas extensiones del espacio geográfico que lograron proteger, pero le cercenaron a través de las ABRAES, el territorio y que en la actualidad es del 30% del territorio nacional.
Se le otorgo a
Por otra parte los gobiernos de turno, los líderes políticos e instituciones veían a los pueblos indígenas, como un lento proceso de extinción, que solo seria cuestión de tiempo y de espera, la población indígena no era un peligro para el estado nación, para los intereses transnacionales, para la soberanía y el desarrollo armonioso de país.
No había un liderazgo indígena y los pocos que sobresalían se dedicaban a recibir las migajas de los gobiernos de turno, eran famosas la llegada a Caracas, la capital de
Es necesario también rectificar, revisar y reimpulsar nuestro pensamiento indígena, basado en la cosmovisión, nuestros valores culturales, los principios[8]y enunciados de las aspiraciones colectivas de nuestros pueblos, para compatibilizarla con los derechos, el conocimiento científico de la cultura occidental y el derecho internacional, no queremos ser objeto de los derechos humanos, sino sujeto de ese derecho, sin poner en peligro la soberanía del estado venezolano, como República Bolivariana, multicultural, pluriétnica y multilingüe.
El pensamiento indígena, es uno de los temas más discutidos por varias generaciones de intelectuales. La fundación de las repúblicas americanas en el siglo XVIII, y sobre todo en el XIX, trajeron nuevos planteamientos, porque en ellas aparecen de diferente manera temas de la identidad, pluriculturalidad, propiedad, territorios, derechos originarios contra las republicas nacientes y la nación como un todo, lo cual significó, entre otras cosas, enfrentarse contra las oligarquías, los triunfadores de la independencia, los intereses económicos, las iglesias, los imperios y los estados nacionales, ante graves problemas de exclusión y el no reconocimiento de la presencia de culturas indígenas en esos territorios de los estados nacientes.
El derecho indígena es uno de los temas más sensible de la agenda de la comunidad internacional. Existen hoy conflictos entre las legislaciones estatales y las legislaciones indígenas, en los cuales es necesario que intervenga el derecho internacional. Pero antes habría que despejar numerosas dificultades conceptuales. Una de ellas, con una complejidad política, tiene que ver con la dimensión del derecho de autodeterminación de los pueblos indígenas y las soberanías de los Estados.
Los indígenas levantan su voz y ya no necesitan de representantes, interlocutores o voceros externos de sus pueblos. Son ellos mismos los que hablan ante los pueblos, organismos internacionales, el Estado-Nación y el Mundo. Estos pueblos indígenas organizados asumen un discurso propio y una ideología que según algunos autores la definen como indianidad para separarse del indigenismo oficial y oportunistas de los antropólogos e intelectuales del siglo xx.
‘‘Los indígenas tienen gran sentido del consenso. Cuando eligen a una autoridad, no escogen al mejor, sino al más aceptable para todos, porque tal vez el mejor puede ser rechazado por un grupo. Entonces prefieren buscar un consenso, aunque tarde mucho, lo cual tiene gran sentido ético. Pero claro, llega un momento en el que ya no es posible tener paciencia y tienen que levantarse. ”
En el siglo XIX, los pensadores sobre lo indígena asumieron la autodefinición de indianismo, pero luego a inicios del XX fueron más conocidos como indigenistas, y a fines de ese siglo se vuelve a usar nuevamente el enunciado indianidad, pero esta vez asumido como discurso de los mismos pueblos indígenas.
El nuevo indianismo desarrollado a partir de la década del sesenta: se trata del movimiento indígena liderado por los mismos indígenas que se han expresado ampliamente en Bolivia, Ecuador y México principalmente. En Venezuela, se planteaba que existían unos pocos indios, por lo tanto no había problemas indígenas, sino unos grupos en extinción, así lo manifestaban nuestros voceros oficiales de los gobiernos de turno.
La indianidad, debemos diferenciarlo del antiguo indianismo desarrollado por intelectuales blancos a fines del siglo XIX –y que continuó de alguna manera hasta después de la segunda década del siglo XX. Si el indianismo primigenio y el indigenismo del siglo XX fueron reflexiones desarrolladas por los blancos, el indianismo contemporáneo pretende representar el pensamiento de los pueblos indígenas, de sus voceros de sus intelectuales y herederos de los primeros habitantes de este continente.
Los estudiosos de la indianidad, la han clasificado en un indigenismo colonial, uno republicano y otro moderno. Las políticas coloniales, a pesar de la debacle poblacional, habrían querido “conservar la ‘nación india como tal’ dentro del ‘reino’ del Perú en un régimen de libertad protegida”; mientras que el indigenismo republicano “pretendía ‘asimilar’ al indio, convirtiéndolo en un ciudadano más de una república homogénea”. En cambio, el indigenismo moderno quiso “‘integrarla’ dentro de la sociedad nacional, pero respetando sus valores y peculiaridades culturales”. Así lo recoge, el antropólogo, Ladislao Landa Vásquez, en su obra el pensamiento indígena de América.
Las políticas indigenistas, tuvieron su principal sede en México, en Perú sin embargo su discusión había tomado auge en las décadas del siglo XX. El indigenista mexicano Moisés Sáenz decía en 1933: “probablemente no hay otro país en América donde la preocupación por el indio o por las cuestiones indígenas sea más profunda y más estudiada que en el Perú.
Hoy se conoce a este período como la “polémica del indigenismo”, una discusión que se desarrolló entre 1926 y 1927. Aparentemente, el debate central se realizó entre Luís Alberto Sánchez y José Carlos Mariátegui. Los documentos, reflejan una polémica con tres contendientes, representando la tercera posición Luís Ángel Escalante (periodista cuzqueño que en ese entonces era diputado oficialista en el gobierno de Leguía). Sánchez, representaba el costeñismo agredido por la vorágine indigenista; Mariátegui, la posición del militante socialista que quería partidarizar el indigenismo; mientras que Escalante representaba a un indigenismo “puro” y provinciano que reclamaba los derechos históricos de los indios que los criollos habían negado y desconocían.
En Venezuela las políticas públicas indígenas eran paternalistas y etnocentristas, se reconocían la existencia de los pueblos indígenas, pero se les negaba sus derechos originarios como pueblos. Se consideraban a los pueblos indígenas como campesinos y vivían en orfandad jurídica, tutelado por el estado. La clase dominante, la guerra fría, los gobiernos de turno aliados con el Imperio, hicieron que ver que las organizaciones de derechos humanos y de los pueblos indígenas, eran el brazo político y armado del comunismo. No querían renacer las cenizas de Emiliano Zapata, Pancho Villa, Sandino, Che Guevara, Guaicaipuro, Tiuna, Chacao, Baruta y Mara entre otros.
Gran parte de los estudios de antropólogos brasileños, han dedicado esfuerzos a explicar estas políticas tanto de parte del Estado como de las clases dominantes que avanzan sobre territorios indígenas. La construcción de la nación es otro filón de análisis que explicaría el interés de los intelectuales por las cuestiones indígenas. Estas ideas se presentaron en casi todas las épocas y por parte de diferentes analistas, de manera abierta o implícita; en concreto se considera que la marginación de algunos sectores (en este caso los indígenas) de la sociedad nacional haría incompleta a tal sociedad. En este sentido, casi todos los planteamientos, tanto de intelectuales independientes como de funcionarios del Estado y gobiernos, al tratar de explicar sus actitudes frente a la cuestión indígena, señalaban la necesidad de su inclusión al torrente de la nación moderna.
La definición de la ideología indigenista depende de desde dónde se la mire y de la época en que se la analice. Si nos acercamos a su auge institucional, cuando los Institutos Indigenistas (en la mayoría de los países americanos de habla castellana, particularmente desde los años veinte hasta los sesenta) estaban en boga, se la consideraba como la propuesta más importante que el Estado había elaborado para solucionar la marginación de los indios. Los intelectuales indigenistas que participaban de estas propuestas creían necesaria la superación científica de los modos de reflexión de los indianistas que los precedieron. En cambio, si vemos el indigenismo después de la publicación del libro De eso que llaman Antropología (1970) en México y de la primera reunión de Barbados (1971), la sentencia social seria otra.
Desde aquella época, pocos quisieron comprometerse con aquella ideología y, por el contrario, sobrevino las condenas y críticas. El agotamiento del pensamiento indigenista sucedió en los años sesenta. Igual que en México, en Perú había una sensación de embarazo o hastío incluso antes de los años sesenta. José María Arguedas, por ejemplo, quería sacudirse aquel epíteto, pues al momento de escribir uno de sus textos hablaba como de un pasado que ya no tenía mayor vigencia. Luego de esta etapa, se ha denominado neoindigenismo a las reflexiones y discursos en pro de los indios, porque ya estaban forjándose los movimientos indianistas
2.Donald Rojas. Presidente del Consejo Mundial de los Pueblos Indígenas. 1992
3.El Tomismo es un sistema escolástico de pensamiento ideado por santo Tomás de Aquino, que ha tenido y sigue teniendo una gran influencia dentro de la filosofía cristiana. Tiene de común con
4.la idea de crear "un Estado nuevo, un mundo nuevo y un hombre nuevo"
5.Manuel González Prada, cuando proclama en su "Discurso en el Politeama" que "trescientos años ha que el indio rastrea en las capas inferiores de la civilización, siendo un híbrido con los vicios del bárbaro y sin las virtudes del europeo"
6. En 1979, cuando se estimaba prácticamente terminado el proceso de descolonización,
7. Las tribus indígenas, sostuvieron una tenaz lucha contra el invasor español, donde el conocimiento de materiales bélicos de la época jugo papel importante en el exterminio de los grupos aborígenes. Los caribes, al igual que otras tribus, mostraron una resistencia implacable contra quienes buscaban someterlos en su propia tierra. Los caballos, perros amaestrados, arcabuces, fuerte vestidura y una gran experiencia en el arte de la guerra no lograron extinguir el grito de libertad que retumbaba en las montañas venezolanas, con flechas y lanzas combatieron con tenacidad regando los campos de batalla con su sangre americana. Esta lucha encarnizada duró varios años de enfrentamientos; hubo episodios de heroísmo, destacando el ímpetu y gallardía de valientes caciques como: Guaicaipuro, Baruta, Chacao, Tamanaco, entre otros. Revista Amerindia.
4. CDH aprueba declaración de principios indígenas.Ginebra, 30 jun de 2006 (PL) Los pueblos indígenas celebran la aprobación por mayoría en el recién estrenado Consejo de Derechos Humanos (CDH) de
8.ENTREVISTA / MIGUEL LEON-PORTILLA, HISTORIADOR, 2005
9.Ladislao Landa Vásquez
10.Ídem.
11. Ladislao Landa Vásquez
2 comentarios:
hola, me gusta mucho, pero como pueden hablar del movimiento indigena sin mencionar a la lider noeli pocaterra? siendo ella la partidora de los derechos de los pueblos indigenas en venezuela y el mundo? siendo ella un icono mundial y de la revolucion?
Es Yuly molina/la cultura no es una sentencia es una herencia de los pueblos indígenas tanto como el jefe de la asamblea de primeras naciones el pensamiento idigenas,deberán estar basado fundamentalmente en nuestras propias aspiraciones colectivas como pueblos atraves de la educación
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