Presentamos los pueblos indígenas autónomos de la República Bolivariana de Venezuela, nuestra posición sobre la concepción del indosocialismo como práctica política ancestral de nuestras naciones indígenas en el marco de la celebración del II Decenio de los Pueblos Indígenas, Decretado por la Naciones Unidas(2004-2014), después del fracaso del I Decenio, donde se invitaba a los estados nacionales con poblaciones indígenas que actualizaran sus cartas fundamentales y reconocieran las disposiciones normativas jurídicas internacionales relacionadas con los pueblos originarios del planeta.
La Indianidad (discursos de los propios voceros de los pueblos indígenas autónomos), se impone ante el Indigenismo, práctica etnocéntrica del pasado que tuvo en nuestros aliados una explosiva forma de dar a conocer nuestras inquietudes ante la teoría desarrollista de los países capitalistas o neoliberales. La Indianidad esta de regreso como las cenizas de Ave Fénix, que nace de las entrañas de nuestros dones naturales de la humanidad no de los bienes o recursos naturales del capitalismo, que se opone a la Teoría del Progreso de los Pueblos. Así tenemos a los Pueblos Indígenas de Latinoamérica, en especial a la Resistencia Activa de los Mapuches de Chile, de los pueblos indígenas del Ecuador, Bolivia y México entre otros, que luchan por dar a conocer sus justas y legales aspiraciones ante los gobiernos de transición. Sin embargo, los pueblos indígenas buscamos la interculturalidad con las otras culturas, como lo planteaba el Gran Líder Indígena de la Etnia Seattle, “una respetuosa convivencia y cooperación entre las civilizaciones”, tal como lo plantea el Filósofo Indigenista Frank Bracho “se requiere ejercer hoy, en forma clara, firme y oportuna, la denuncia y corrección, en aras de los más altos intereses de la causa indígena, de la humanidad, del ambiente y del planeta”.
Desde sus trinchera de ideas el Subcomandante Marcos, líder del revolucionario Movimiento Indígena Maya-Zapatista, afirmó “ Cambiar el mundo sin tomar el poder, sin dejarse alinear por el poder” y ha advertido a sus líderes “ Queremos un Movimiento Indígena que no se venda por viáticos, por lisonjas”, es necesario excluir de nuestra Agenda Indígena Venezolana el asunto del dinero, que tanto daño ha hecho a los pueblos indígenas, aumentando la explotación y la miseria de los mismos, por parte de los mestizos exquisitos, como los llamaba José Martí, líder de la Revolución Cubana.
Nosotros somos indígenas, porque nuestro corazón es indígena, porque tenemos una relación magnánima con la Madre Tierra, porque nos importa la gente… porque creemos en la sabiduría indígena de la naturaleza (Declaración Apache Mohawk Oh Shinah).
Nuestro Indosocialismo, del siglo XXI, debe partir en primer lugar de la demarcación de nuestro espacio vital, de las tierras y los territorios de los pueblos indígenas, es el primer derecho humano fundamental para materializar los otros derechos originarios, sin ello ponemos en peligro la continuidad biológica de nuestros pueblos, patrimonio de la humanidad, de Venezuela. La Garantía del hábitat nos coloca en la esfera de lo natural, de lo biólogo, como lo expresa Frank Bracho.
En segundo lugar, la participación protagónica y activa de los pueblos indígenas, no debe ser interpretada como una prebenda de la Revolución Bolivariana, sino un deber sagrado de la sociedad y un derecho inalienable de los pueblos originarios.
En tercer lugar, nuestra concepción del proceso revolucionario; y por respeto con los demás pueblos con los cuales convivimos deberá y será siempre intercultural, plurilingüe y multiétnico.
En cuarto lugar, nosotros somos venezolanos por la Independencia y por la Constitución e indígena por nuestro pasado glorioso y el derecho a la libre determinación de nuestros pueblos.
El indosocialismo, deberá estar basado fundamentalmente en nuestras propias aspiraciones colectivas como pueblo, a través de la educación o toma de conciencia de nuestros pueblos y la formación de nuestras bases primigenias, principalmente en nuestras comunidades, consejos de ancianos, líderes y demás organizaciones propias.
En quinto lugar, el pensamiento cósmico de la vida y del mundo que nos rodea, es la base sustantiva para comprender la IDEOLOGÍA INDIANISTA, la cual significa: orden en constante movimiento y la armónica sucesión de opuestos que se complementan. Que la IDEOLOGÍA INDIANISTA como el pensamiento del mismo Indio, de la naturaleza y del universo, es la búsqueda, el reencuentro y la identificación con nuestro glorioso pasado, como base para tomar en nuestras manos la decisión del destino de los pueblos indios; que el INDIANISMO se nutre en la concepción colectivista y comunitarista de nuestra civilización , basada en la filosofía del bienestar igualitario; que la concepción científica india, define al hombre como parte integrante del cosmos y como factor de equilibrio entre la naturaleza y el universo, ya que de ello depende el desarrollo de su vida creadora en la tierra (Estatuto CISA, 1980).
En sexto lugar, nuestra concepción de la tierra está sustentada por la comprensión de que lo humano y lo natural es similar y a la vez está interrelacionado. Nuestras formas políticas, económicas y productivas, todas son formas culturales y están enraizadas y orientadas por el comunitarismo. Además, creemos que la propiedad de la tierra es colectiva, cultivamos en comunidad y distribuimos los frutos en comunidad. Y además creemos en la solidaridad, nuestros niños son de la comunidad (Declaración de Quito, 1990).
En séptimo lugar, el Indosocialismo es un movimiento político, social, ambientalista, humanista, solidario, colectivista y étnico, es decir, es la reunión de la diversidad étnica de América en un solo principio.
En octavo lugar, nuestra Revolución no es una “revolución comunista” Pro-soviética, Pro-china o Pro-cubana; no. Nuestra Revolución INDOSOCIALISTA, no tiene ningún “Pro”.
Los indios no somos “campesinos”. No somos “campesinos” que integran la sociedad del cholaje blanco-mestizo exquisito. No. Eso no somos.
Nosotros somos indios; hijos de Guaicaipuro, Chacao, Tiuna, Mara Tamanaco, Chacao…. y nuestra Revolución es nuestra Revolución: una Revolución India. La Revolución India es quien tiene que liberar al indio. Es ahora cuando: o triunfa o desaparece el indio y con el los pueblos indígenas del continente.
En octavo lugar, la sociedad de Preamérica, después de milenios de evolución, llega a la era maya, azteca, inca, donde el prójimo no es prójimo, sino la persona misma del sujeto. Entre los hombres, no sólo hay fraternidad, sino identidad. La sociedad está toda íntegra en la unidad humana; y la unidad humana es la sociedad total. El hombre frente a otro hombre es como si tuviera ante un espejo su propia imagen. El prójimo del hombre es el hombre mismo. El “ama a tu prójimo como a ti mismo” de Cristo y el “conócete a ti mismo” de Sócrates, se contraen en el “ámate a ti mismo” de Pachacutej. Preamérica es una sociedad donde no hay “ni lo tuyo ni lo mío”. El hombre, síntesis cósmica, chispa de sol, no concibe el nacimiento ni la muerte. Vida y muerte son dos formas naturales del pulso infinito del cosmos.
En noveno lugar, el indosocialismo, es nuestro sin etiquetarnos, no es del siglo XXI, es un proceso que se ha enmarcado dentro del socialismo indígena endógeno, en nuestra comunidad no hay mayorías ni minorías, nuestro socialismo indígena es de solaridad, reciprocidad y complementariedad. Nuestra solaridad no es aquella de dar los que nos sobra, eso es limosna, es dar por amor al prójimo. Nuestro Movimiento no es el rencoroso ni vengativo ni menos terrorista, menos excluyente, xenófobo o separatista, pertenecemos al glorioso pueblo que hemos denominado venezolano. No somos el remanente de un supuesto socialismo primitivo, nosotros le impregnaremos de nuevos elementos originales olvidados para renovar el proceso de cambio, no queremos seguir utilizando las recetas triviales y fracasadas de los organismos capitalistas internacionales, que tanto daño han hecho al hombre y al planeta. En el mundo indígena, se podría distinguir dos tiempos: el tiempo de la naturaleza y el tiempo sagrado o mítico, este último tiene mayor profundidad y es el que se reactualiza siempre mediante acciones de ritos y ceremonias en su vinculación profunda con la naturaleza.
Los pueblos indígenas no somos servilistas, somos servidores colectivos, queremos servir con justicia y solidaridad sin presión de gobiernos, de imperios, trasnacionales ni de revoluciones violentas. Los pueblos indígenas no somos receptores de planes geopolíticos extranjeros.
BIBLIOGRAFIA:
1. El rescate de la sabiduría indígena ancestral. Esteban Emilio Mosonyi y Frank Bracho.
2. Análisis de los Derechos Constitucionales de los Pueblos Indígenas de Venezuela. José Antonio Uriana.
3. Pensamientos indígenas en nuestra América. Ladislao Landa Vásquez
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